ESA COSA LLAMADA AMOR

Pese a que oficialmente no existen, ni hay estipuladas ninguna, es muy fácil encontrar centenares de lugares donde aparecen escritas las llamadas reglas del amor. Podría hacer este post con las que yo creo que podrían ser algunas de ellas, pero no iré por ahí. Yo creo que el amor no tiene reglas. Ponérselas es querer definir el amor como lo que no es, algo matemático, científico o explicable.  Y no deja de ser un sentimiento, el mas puro de todos y eso no  se puede definir ni regular

Los angloparlantes nos vuelven a dar un repaso en el lenguaje, cuando ellos dicen FALLING IN LOVE para decir ENAMORARSE. Y es que es muy cierto, el amor es una rendición, una caída, hace que sucumbas ante la persona amada. No se puede calcular eso, todas esas reglas y esos juegos basados en saber cuanto me aman o cuanto amo a tal, son absurdos y carentes de toda validez. Si uno ama a otro, se ve en sus expresiones, en sus miradas, se nota sin necesidad de sacar experimentos científicos ni necesidad de hacer un decálogo de actos a seguir.

Lo único claro del amor es que es intenso, imparable y muy fuerte. Cuando te da, nada acaba con el, bueno si el desamor que aparece como una nube negra, rápido, letal e implacable, pero a veces no tiene porque aparecer. Por eso los angloparlantes hablan de rendición, de caída, porque no se puede luchar contra ese sentimiento.






Famoso eslogan pacifista de la época hippie, siempre cierto y válido que refleja la fuerza del amor, muy superior a otros sentimientos, por amor se han hecho grandes descubrimientos, pero también en nombre del amor verdaderas masacres, atrocidades....Un sentimiento tan intenso, tan grande, no deja indiferente a nadie, es UNIVERSAL. No en vano la palabra LOVE es la segunda mas pronunciada en inglés en el mundo, después de I (yo), por cierto en castellano es la tercera después de YO Y DIOS, en fin, que nos vuelven a ganar.




No creáis nunca en las manifestaciones de amor calculadas ni en las frases como TE QUIERO MUCHO O Y YO MAS, porque ni tu sabes cuanto quieres ni el otro puede saberlo tampoco. Creed en las miradas, en las demostraciones espontáneas, en las palabras tímidas y entrecortadas  y en esa cosa que crece por dentro a modo de fuerza que hace decir y hacer tonterías y cosas muy grandes a la vez.

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