Respira, lo vas a resolver. Sin necesidad de superpoderes, sin trucos, sin magia. Conque respires un poquito y cierres los ojos, la verás: la solución, la salida, la luz o como quieras llamarla. Porque el dolor es el mejor maestro, enseña y hace que no olvides nunca, que esa puñetera piedra no vuelva a hacerte tropezar. Y para asegurarse te llena la cabeza de miedos y de mensajes agoreros si hace falta. Así que respira. Con calma, que sabes hacerlo, que de peores que éstas has salido. Que siempre hay más opciones. Templa las manos y empieza a dibujar. Trazos finos, delicados pero firmes. Crea bocetos y planes sin fisuras, nacidos de la extraordinaria unión de la cabeza y el corazón, con el ingrediente secreto que solo una alma luchadora tiene.
Verás como además se te escapa una sonrisa. Breve y fugaz pero una sonrisa con todas las letras. Hecha del mismo aire que te hizo resolverlo. No era para tanto, aunque aun duela, soplando la herida, sana antes. Y a mirar para adelante, a esperar como se borran las nubes, a desear que el cielo sea protector y que esa coraza que te has hecho sea dura pero transparente. Porque tú interior mola, da miedo también pero mola. Y enhorabuena, repítelo a ti mismo, cada vez que llores, cada vez que los crueles recuerdos te invadan, cada vez que pierdas, enhorabuena porque vas a poder, vas a ganar y vas a salir mejor. Ya sabes, respira...un poquito que puedes. Que podemos.
Dejémosle entrar , aunque sea recio y frío, que ese viento del norte, nos traiga el aire para resolverlo y recargue nuestros pulmones. Con una boy band derrochando vozarrón y El sir al piano, cierro este post, sobre la respiración y el aire para superar las situaciones duras.
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