FELICIDAD FINGIDA.

Se trata de sentirla, de disfrutarla, pero antes evidentemente hay que encontrarla. Algunos pasan la vida entera buscándola, sin encontrarla, otros la buscan sin darse cuenta de que ya la tienen y otros sencillamente no se preocupan por ello, piensan que aparecerá y punto. Todos estos pensamientos y comportamientos ya los conocíamos pero no estaría mal hablar de otro comportamiento, los que aparentan ser felices.

Hace unos cuantos blogs hablé de los que finjen las lágrimas, lo condené. Pero hoy no voy a condenar a los que finjen ser felices, lo voy a aplaudir. Sé que es contradictorio, porque dije que los sentimientos deben ser sinceros y más cuando expresan emociones, cosa que mantengo, pero es peligroso enseñar tu felicidad.





Es el mejor ejemplo de hipocresía que puede haber, aparentar ser feliz cuando no lo eres, o al revés, decir que no lo eres cuando lo eres. El mal más grande que domina la sociedad actual es la envidia, y la envidia se alimenta de la felicidad ajena. El envidioso no soporta la felicidad ajena, incluso a veces siendo él mismo feliz. Es por eso por lo que a veces es conveniente no demostrar felicidad o más claramente no compartir tu felicidad. La pena, la lástima es un sentimiento que abre muchas puertas también, y el dar pena por no parecer feliz es mejor que demostrar ser feliz, si quieres triunfar en este mundo hipócrita lleno de envidias y celos.
Pero si lo que quieres es dar rabia, hinchar a esa cuadrilla cada vez más numerosa de celosos y envidiosos, finje que eres feliz, me parece bien también, pero tendrás que ser muy fuerte y estar muy preparado para lo que te vendrá encima. Si sacas pecho, te lo partirán, si te creces, te harán sentir pequeño, si lo consigues te lo quitaran, si estas arriba, te tiraran desde lo mas alto.

Es común a todos los sexos, edades, posición social...cualquiera puede ser un envidioso o un celoso y tú ni siquiera saberlo. Y muchas veces ganan, lamentablemente, muchas veces te engañan, te hacen creer que no lo son y cuando los descubres es tarde, por eso es mejor no compartir EXCESIVAMENTE tu felicidad. Porque nunca se sabe si tu fiel compañero de viaje se alegrara tanto como tu crees.
 Para cerrar elijo un vídeo de la británica LEONNA LEWIS, donde no es lo que parece, donde un momento de felicidad extrema y personal como una boda, puede ser tristeza para otra persona...


Comentarios

Entradas populares