PERDONES RELATIVOS

Se pide o no se pide. Pero si somos lo suficientemente personas de pedirlo, que menos que sea sincero, de verdad. El perdón debe ser como el amor, absoluto sincero, incondicional. No se puede pedir por obligación, compromiso, o simplemente porque es lo que tocaba. No, se pide desde dentro, porque realmente lo quieras hacer... sino es mejor que no lo hagas. Quedarás mal si pero quedaras peor si ese perdón no era verdadero. La cantidad enorme de perdones relativos, falsos y poco convincentes que encontramos día a día, es como mínimo alarmante.

Detrás de un perdón debe de haber un arrepentimiento, y por supuesto un reconocimiento claro del error o daño cometidos. Por eso cuesta tanto pedir perdón, por que exige un reconocimiento de una culpa y son poquisimos los que ejercen autocritica como para decirles después que se disculpen. A la larga se ve fácil quien se ha disculpado de verdad y quien no, es una vez más idéntico al amor, se sabe quien ama de verdad y quien no. De entrada aviso que prefiero que no me pidan perdón, aunque me siente muy mal, porque peor me sentaría descubrir que perdoné a alguien que no sentía su disculpa. Igual que el perdón va de la mano del arrepentimiento muchas veces, también lo hace acompañado de la necesidad de reparar, del efecto compensatorio que se llama. La necesidad de hacer algo bueno a quien le has pedido perdón. Aquí esta otro error, empezar a hacer compensaciones, reparaciones o favores no es para nada recomendable ni para el que las hace ni tampoco para el que las recibe. Estas acciones también deben de ser hechas desde el corazón y no motivadas por un perdón o por un sentimiento de culpa. No es difícil de entender solo hay que ser siempre sinceros en las intenciones, hacerlo por que creas que tienes que hacerlo.

A mi solía costarme mucho pedir perdón y no me gustaba reconocerlo, era motivo de vergüenza. Pero descubriendo con el tiempo que la mayoría de las personas o  no te lo piden o no saben pedirlo como yo, pensé que era mejor pedirlo cuando fuese sincero. Eso se sabe, se llega a sentir cuando deberías haberte disculpado, quien lo merece y quien lo ha hecho tarde. Hoy lo pido si tengo que hacerlo, y no espero que me lo pidan, ni tampoco le hago favores a nadie en base a perdones. Observo con asombro como hay un mercadeo de perdones, te cambio pedirte perdón por hacerte un favor, te cambio el favor que me has hecho por evitarte que me pidas disculpas aunque seas la persona del mundo que mas daño me has hecho. Contemplo como se dice perdón con más soltura que quien saluda en un ascensor, como después de pedirlo se comete otro atropello moral digno de una disculpa mayor, mayúscula. Alucino al ver que se ponen excusas y se inventan situaciones para que el disculpado sea el malo de la película y el agresor el disculpado.

No quiero liarlo más solo espero haberme hecho entender, que si las sonrisas, las lágrimas, las palabras, el amor y todos los sentimientos se han conseguido falsear, como no iba a falsearse el perdón. Pero aún así no os desaniméis el mundo es maravilloso y lo bueno siempre prevalece sobre lo malo.... es cuestión de paciencia y de creer en el justiciero mayor: el tiempo. Pero de eso hablare otro día.

Para no perder la alegria ni el optimismo de vivir...

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