DONDE RESIDE LA GLORIA
Está en el olor a café, recién levantado. En el agua caliente de una ducha, en la brisa fresca de las mañanas de verano, en las noches estrelladas, en los paseos acompañado de tu amor, en la mano sincera, tendida. En las sonrisas de los niños, en las palabras de apoyo, en la mirada del amor correspondido. En el silencio entre miradas complices. En las travesuras realizadas con los amigos, en las anécdotas más divertidas....para los amantes del diccionario, la GLORIA no es más que la sensacion máxima de placer y felicidad y para los ultracatolicos o los mas creyentes, es lo que DIOS concede una vez muertos, a los mas buenos para su descanso final.
Miralo, pobrecito, casi nadie piensa en despertarlo. No es por el riesgo a que te arañe , es porque el gato esta tan agusto, esta en la gloria. Todos queremos residir allí, en la gloria, ese estado mental y físico que nos hace felices, inmunes, nada importa, nada duele....Lo malo es que la gloria cambia muy fácil de ubicación. Dura un instante, menos de lo que quisieramos. Pero en estos tiempos de crisis, de persida total de valores, de ruinas económicas, de historias personales lamentables, la gloria sigue existiendo. Pero no la gloria de significado católico, sino la de significado emocional, la que cambia de residencia, a la que perseguimos. Está en muchos lugares, en muchos instantes, a veces ni nos damos cuenta...tanto buscar y la tenemos delante.Comerte un pastel de chocolate, darte un homenaje, cantar de felicidad, ser buena persona, recibir buenas noticias, hacerle carantoñas a un niño, reírte a carcajadas, ver ojos de agradecimiento en lo que tu haces, recibir un enhorabuena o un te quiero inesperado. Escribir cartas de amor , comprar detalles para quien no se lo espera y lo va a agradecer mucho, realizar una obra de caridad, decir una verdad como una templo, soltar aquello que llevabas dentro de ti tanto tiempo. Cerrar los ojos y dormir como el gato de la foto, una siesta en la terraza o con la ventana abierta....está en tantos lugares. Seguro que me dejo alguno. Los animales domésticos y los niños suelen encontrarla con mucha facilidad, a menudo que nos hacemos viejos perdemos la capacidad de disfrutarla y de ver donde está. Probablemente ofuscados por la obsesión por encontrarla. Después de mucho tiempo, creo volver a sentirla, creo que la vuelvo a encontrar, que la disfruto brevemente pero la disfruto. Esa gloria que da tanto, que llena tanto, pero que dura poco. Está ahí, delante tuyo, esperando que la persigas para volverse a esconder, jugando contigo como un niño. No te obsesiones, siempre aparece, solo sientela y la encontraras.... y sobretodo disfrutala, dure lo que dure.
Acabo con un italiano que no diseña trajes del CORTE INGLÉS, anécdotas a parte. Supo cantarle a la gloria mejor que nadie.
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