EL PADRINO JAVI


Dudo que leas esto, desconozco incluso si sabes que existe mi blog. Tampoco estoy seguro de saber si te gustarían estas cosas.  A lo mejor piensas, que es una perdida de tiempo, o a lo mejor en cambio te toca la fibra. Por que la tienes, de eso estoy seguro, la he visto muchisimas veces. Te he visto llorar como un niño, emocionarte, como tu piel dura, tu coraza, se han resquebrajado por los sentimientos tan buenos y profundos que albergas. Eres de otra pasta, de otro tallo, eres de esos que demuestran que los buenos valores, los de verdad, existen y sirven para mucho. Jamás, y lo digo con toda seguridad, podré agradecer lo que haces por mí. No estoy a tu nivel, juego en otra liga inferior, me encanta verte jugar, verte vivir, ver las lecciones que das cada día a los demás. El mundo mantiene la esperanza por gente como tú.


El padrino de mi hija, pero un padrino no de los de la mafia, sino alguien que cargará de principios morales, protección y amor del bueno a mi hija. No nos confundamos, mi novia y yo también lo haremos, pero ese tipo de valores y principios que tu representas no los tenemos, tú sí y son muy necesarios en la vida, únicos.
Recuerdo aquellas mañanas frías de la adolescencia, caminar hacia el instituto, rodeado de mi cuadrilla y en ella un día entraste tú. Observador, atento, fiel, con una gran mezcla de sencillez, humanidad y sabiduría popular. Has cumplido todas las fases de la amistad, la de aguantar estoicamente las tonterías de tus amigos, la de dar consejos, la de apartarte para dejar que nos confundamos y aprender, la de estar siempre ahí, la de analizar a los que dicen ser nuevos y grandes amigos y sobretodo la de tapar nuestras vergüenzas y protegernos como nadie. Aquellas locuras y rebeldías de niñatos, aquellos comportamientos que clamaban por un bofetón, aquellos brotes absurdos y cada vez mas continuos de estupidez... todo eso lo has agunatdo tú. También has tenido tus errores, tus salidas de tiesto, tus renglones torcidos, es inevitable, eres humano. Pero eran menos frecuentes y de otro estilo.

Decido dedicarte este blog porque nunca me has fallado, yo a ti sí. Esperabas de mí, un tipo alegre pero con cabeza, un tipo de sentimientos puros, un tipo 10. Pero muchas veces no lo he sido, las hormonas adolescentes, o la falta de valores en determinadas situaciones me lo han impedido. Recuerdo tus charla cercanas, claras y contundentes para reconducir mi comportamiento adolescente errático. Escuchaste mis desvaríos, aceptaste mis decisiones, siempre con la misma respuesta : TU MÁS SINCERA AMISTAD.
A día de hoy, eres mi único amigo, y los demás que se ofendan me da igual. Solo tú, lo has demostrado, solo tú te has mantenido ahí cuando otros se han ido, solo tú me has sabido entender, aceptar y seguir queriendo pese a mis continuos errores. Nunca estaré a tu altura pero no importa, tú no quieres que lo esté, porque rechazas lo de la altura, y no quiero estarlo porque mereces estar ahí. Gracias Javi, por seguir ahí después de tanto años, por demostrar que se puede ser estricto con la vida y un trozo de pan a la vez. Que no solo los perros o gatos son fieles y leales que también hay personas que pueden serlo. Que la combinación entre dos personas diferentes se supera siempre con amistad y cariño del bueno. Solo te mereces cosas buenas. Lo de nombrarte padrino de hasta la fecha mi única hija, no es por regalo, ni por devolverte nada. Es de justicia divina, eres el mejor para ese puesto. Cuando al loco del padre de Claudia pierda la cabeza con sus, cada vez menos pero aun existentes niñerías, tu estarás ahí. Te quiero y no me importa decirlo, aunque no se si lo leerás.


Por estar siempre ahí conmigo, el mejor cierre.

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