GALLETAS CON MANZANAS

Podria pedirte que me miraras como aquella primera vez... pero no lo haré. Podria pedirte que tus besos fuesen tan dulces como los primeros, pero no lo haré. Podria pedirte que te enfades como nadie lo hace para que pusieras esa cara de consentida... pero no lo haré. Podria pedirte que pronunciaras mi nombre una y otra vez como lo hiciste aquella tarde que estabas tan enamorada, pero no lo haré. No haré y no haré otras muchas cosas más porque no hace falta. Esas cosas no se pidan, se cogen, se tienen, se muerden, se prueban como el que coge una manzana de un bol de fruta o una galleta de un paquete. Sé que lo tengo ahí, todas esas cosas y más. No es perdida de pasión, es convencimiento absoluto de que está, de que es mío, de que puedo usarlo cuando quiera y sin limite.


No te pediré que murmulles en sueños cuanto me amas, ni tampoco que lo digas publicamente, no lo haré. No haré que me escribas poemas, ni canciones de amor, ni que me dediques sonatas o melodias de radio, no haré, insisto no hace falta. Ya lo tengo, no tengo que pedirlo. No me voy a deshacer de este paquete de galletas, ni de ninguna fruta de mi bol, ni de tus sonrisas, ni de tus besos, ni de tus miradas, no lo voy a hacer porque no quiero. No es momento de dejar nada, sinod e todo lo conmtrario, acumular besos, acumular señales de amor, cartas no escritas de amor, de acumular galletas, manzanas... que no se acaben, no me aburren, no me agobian, me encantan.

Soy el monstruo de las galletas del amor, el que quiere devorarte a cada segundo, el que no se cansa de comerte, el que esta pensando esta es la última y nunca lo es. El que se pone triste si no repone las galletas que se ha comido, el que se alegra al ver que todavia hay, el que se convierte en el más feliz cuando encuentra una. Soy el adicto a las manzanas, rojas, verdes, acidas, dulces... que come a diario por lo menos dos. El que con la excusa de que son sanas, abusa de ellas, se hincha. El que las compra a quilos, el que las acomoda y las pone bien bonitas en su bol.

Soy el que entendía de canciones de amor, el que las escribia con la cara llena de granos y el corazon lleno de sueños y esperanzas. Soy el que las guarda, las lee, pero ya no las escribe porque se cayeron sus granos y se cumplieron sus sueños de encontrar el amor. Soy el que sabia de declaraciones, de detalles, de romanticonadas, si es que se dice así. El que era sensible hasta el extremo, empalagoso, detallista recalcitrante, pesado, insistente... hasta que no lo hice más. Porque no hacia falta serlo, ya lo era, lo fui y a veces lo soy contigo.

Soy lo que has hecho de mi, el pastel de galleta y manzana, dulce pero acido. Fresco pero seco. Lo que tu quieras. Tu pastel. Siempre tuyo. El que no está en venta, el que nadie puede cocinar porque solo tú sabes la receta. Ese soy. Y no me canso, ni tu de cocinarme tampoco.

Me he hinchado de manzanas, de galletas y creo que me salen a borbotones o no o tal vez sea que sangro de amor... Con Leonna Lewis y una de sus excelentes baladas, cierro este post de hoy.



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