LLÉVAME POR DONDE LAS FLORES
Ya estamos otra vez. La ha vuelto a liar. Por lo visto no ha aprendido nada. Dos meses de supuesta estabilidad y de repente...otra vez con lo mismo. Qué le vamos a hacer, como en la fábula del escorpión, no lo puede evitar. Aunque en el fondo sé que no se equivoca. Es un iluso, pero no se equivoca. Tiene toda la razón. El amor existe, el de verdad, el puro. El que hace temblar, reír y llorar, y llorar de risa también. El amor de las flechas, las flores, los poemas y los bombones existe. El de las miradas, los roces, y los escalofríos. No es su culpa, existir existe, pero que andamos mal, muy mal. También acierta cuando aún teme al miedo, y cuando inevitablemente, siente odio y decepción. Entonces, no nos riamos de él, no es un loco, es un iluso.
No podemos hacernos los ciegos. El vivir es un enorme camino de espinas. De las afiladas, de las retorcidas, de las que tienen ganas de clavarse en ti. Pero al que llamáis loco, sabe esquivarlas, y si por lo que sea se pincha, aguanta como nadie el dolor. Ni tú ni yo podríamos, pero estos seres que viven en el pecho y laten, saben hacerlo muy bien.
Ya se ha vuelto a enamorar, se ha salido del bonito y agradable camino recto y se ha metido por el de espinas. El que lleva al éxito, pero el intransitable. Es su especialidad. Ya nadie les hace caso a estos seres. Es normal, a nadie le gusta que nos lleven por las espinas, a nadie le gusta sufrir, a nadie le gusta ver tantos problemas juntos. Pero lo que no saben, es que seguir ese camino, es lo correcto. Es vivir de verdad, es dejarse llevar por los sentimientos y pincharse, sin miedo.
Es la vida sin trucos ni mentiras, sin espejos puestos estratégicamente para decirte lo bueno que eres. Una vida sin distracciones, sin falsas ilusiones. Detrás de cada espina hay una víctoria, y el pobre maldito e iluso corazón lo sabe. Sabe que de la espina brota una flor, de los fracasos un éxito y del sufrimiento, la mayor de las alegrías. En el otro camino, esas cosas no pasan.
Te lo recrimino pero te lo dejo hacer. Te dejo que lo elijas, que conduzcas evitando las púas. No es la primera vez. Pero ahora tenemos un aliado nuevo. La fuerte e inquebrantable unión con ese hermético cerebro que por fin está de nuestro lado.
Una canción que solo Mecano podría hacer. Con la verdad elemental y la sangre flamenca que emana de esta canción, cierro el post de hoy.
Comentarios
Publicar un comentario