CORAZÓN TEÑIDO DE AZUL
Está dudando. Nunca lo había visto así. Dice que fue a Oz a pedirle un cerebro. Por un lado hace que me emocione como nunca. Hace que me sienta joven y fuerte. Me hace reír, me quita las penas aunque solo sea un instante. Pero por otro lado se mantiene arisco, frío, distante y tremendamente desconfiado. Nunca fue así. Me preocupa. Me ha llenado de dudas. Ha hecho que confunda el verdadero significado del sentir. Que no entienda las miradas, los gestos, las palabras. Que piense que todo está mal. Que siempre hay segundas intenciones ocultas. Está callado, ausente. Se ha echado a perder. Dice que se ha jubilado, que solo a latir y lo demás no importa. Debo asumir que al final él también cayó. En la desidia, en la desgana, en la pérdida del encanto.
Se ha convertido en un cojín. En un mero objeto decorativo. Se opone a todo aquello que afecte a su bienestar, a su comodidad. Con su cerebro nuevo me cuestiona, me crítica, me da lecciones de prudencia y de ir despacio, casi casi a 10 por hora. Dice que está harto de querer y que no le quieran nada o poco. Que ha entendido que la cabeza siempre siempre siempre ha tenido la razón.
Mi corazón se ha aburguesado, llega la noche, coge su copa de vino y a ver la tele. Se ha vuelto responsable y serio. Y tremendamente preocupado y centrado en la vida sin problemas. Por eso no me deja. Que me enamore, que sea débil, que me quedé plantado esperando. Que haga las cosas por qué si. Ahora toca pensar y actuar en lo serio. En lo estipulado, en lo pactado.
Ya volverá. Aunque ahora lo veo lejano. Al final ha pasado lo que tenía que pasar, que se ha deprimido. Que ha dimitido del amor. Supongo que es lo que muchos querían...
Tú lo has endurecido...muy a pesar. Y ahora está triste y azul y sobretodo pasa de todo. Que es lo peor. Con este dueto tan chic entre el original y la nueva diva británica, cierro el post sobre el terrible endurecimiento de mi corazón...
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