APAGUÉ EL CIELO.
Hiciste lo correcto. Me lo repito una y otra vez. Hiciste lo correcto cuando lloraste en público y en privado. Hiciste lo correcto cuando decidiste decirle adiós a quien te había acompañado tanto tiempo. Me lo repito sin cesar. Hiciste exactamente lo correcto cuando sacaste lo de dentro y dijiste basta. Hiciste lo correcto al compartir tu dolor con la almohada cada noche. Porque solo alguien que hace lo correcto, sabe porque llora, porque sufre, porque ríe o porque ama. Me lo repito para que me vaya bien. Como bálsamo, como pastillas para dormir. Para que me sirva de consuelo. Absurdo consuelo pero válido. Lo hiciste.
Ahora no te arrepientas querido. Da igual que te hayan dado la espalda casi todos. No importa. Tu hiciste lo correcto. No pienses en que lo has perdido todo. Olvida el dolor, los llantos, las heridas no cerradas y las cicatrices. Lo estás haciendo bien. Poco a poco tu cielo, mi cielo, se está llenando de farolillos y está acabando con la eterna oscuridad.
Me aplico ese discurso cuando me fallan las fuerzas, cuando la vida me aprieta hasta asfixiarme, cuando pienso en dejarlo todo. Me lo aplico y me lo repito cada noche. Entre lágrimas, entre la desesperación.
Cuando lo necesito, enciendo otro farolillo, porque me sobra tiempo y me falta ilusión. Me distraigo viendo su luz y como se junta con los otros. Tan sencillo, tan hermoso. Como fui algún día, como volveré a ser. Hice lo correcto, apagué mi anterior cielo, para ir llenandolo de farolillos.
El dulce y formal Bruno, se dejó acompañar por estas malas compañías y crearon este tema que habla sobre mantener la luz encendida cuando alguna vez te la apagaron. Cierro el post con esa canción.
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