LA CASUALIDAD ESCONDIDA EN EL DESVÁN.
Fue muy dificil. Entender que ya no me querias. Hacia mucho tiempo que te querias ir. Quizas no lo di todo, o quizas no fue suficiente. Me conoces, sabes que no soy mucho de luchar. Más bien reculó, resisto, pero no peleo. Espero la estocada. En aquel entonces... también. Me la diste. Derribado, herido, esperando que me salvaran. Perdí la fe, las ganas y cerré los ojos. La que me habías liado corazón. Cuando aprenderás que no todo es amar... Pero alguien vendrá, siempre pasa. Seguramente tarde pero vendrá. Para darte el elixir reparador y ponernos a flote. Así es esto. Así funciona. En la vida y en el amor. Si, hay también. Se cumple la regla del clavo, la norma del alma gemela o la del ángel caído del cielo. El caso es que hasta a mí me pasó. Y mira que lo mío era extremo. Un caso urgente, desesperado y perdido.
Me llevó. A esos lugares que sin duda había olvidado. Me enseñó, las imágenes de lo que fui y de las sonrisas que provoque. Y entonces pude caminar, entender que debía cambiar de jaula, salir de esas paredes autoimpuestas y descubrir que la solución no estaba en el corazón, ni en los recuerdos, ni en ella...estaba en la esquina que mi cerebro utiliza como desván.
Volvimos a lograrlo corazón. Querido, hemos superado otro bache...bueno aún no. Pero que vamos caminito de hacerlo. No sabes la suerte que tienes de tenerme y no imagino lo afortunado que soy de que seas tan rápido para unas cosas y tan lento para otras ..
Nos rescataron si. Con sólo unas sonrisas, unas miradas y las palabras adecuadas y dulces que tanto necesitábamos. El resto ..lo hicimos nosotros. Cómo arrancar un coche viejo. Varios intentos y a trompicones. Y dice que se va, me salva y se marcha. Misión cumplida. Ahora me toca a mí. Salvarla. Conseguir que la sonrisa le sea perenne, que el brillo de sus ojos preciosos sea la envidia del firmamento y que nunca más tenga que esperar para sentirse querida. Fue fácil entenderlo. No estaba de casualidad.
Confieso que te adoro corazón, aunque no pare de quejarme de ti, de tus follones. Que se mueran de envidia. Adoro tu torpeza, tu locura y tu escasa planificación. Con el colombiano Yatra al piano, cierro este post sobre cómo la salvación literal está casualmente escondida...solo hay que encontrarla o que te ayuden a buscarla.
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