PRADERAS VERDES IRLANDESAS
El pecho ya no pone pegas a que te olvide. Hace tiempo que saliste de la cabeza y ya era absurdo seguir recordándote. Me lo enseñaron otros errores, que lo mejor es hacer como que nunca pasó. Será que están cambiando las maneras, será que cada vez soy más oscuro o será que veo la belleza de otra forma. Ya no importa si las disculpas eran mías o tuyas. Ya no importan los motivos. Se ha activado algo por dentro que levanta la comisura de mis labios y me lleva a valorar positivamente el olor a café por las mañanas. Puede que sea la superación, lenta pero constante, o la resignación al entender por fin, que los sueños han cambiado.
Solos ellos saben porque un día te quise, o porque nuestras vidas se cruzaron. Solo en su mundo juegas con reglas que no conoces. Solo en ellos las cosas duran mucho menos y apenas duelen. Solo allí se olvida todo, de un plumazo.
Yo hace tiempo que tengo sueños oscuros, fríos y llenos de inviernos , noches eternas y falsas esperanzas. Calcadas a pesadillas sacadas de manos creativas y mentes especiales. Cambié los despertares. Los llené de presentes alegres, recuerdos pequeños y agradables y olores que traen paz
Hasta que los sueños vuelvan, a lo que una vez fueron, praderas verdes irlandesas y cielos hermosos y despejados. Hasta que vuelva a soñar contigo y recuerde cuanto me quisiste. O hasta que encuentre lo que todavía no he encontrado.
De esas praderas vieneron y encontraron el éxito abrumador. Cumpliendo sueños y provocando otros. Con U2 y su superclásico lleno de sacrificio personal y amor, cierro este post sobre como los sueños te cambian por dentro.
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