PECATRICES

 

Pintate pecas por todas partes, rizate el pelo y ponte los pantalones más anchos que encuentres, pero las cicatrices no las tapes. Ni las olvides. Recuérdale a ellas quién manda aquí. Que la piel es tuya y el corazón y la cabeza también. Que serán para siempre sí, pero que ya no duelen si pasas el dedo por encima. Puedes ser lo que quieras, tormenta, aire, río o sed, lo que quieras, pero no las olvides, porque se lo debes todo a ellas, a las dichosas cicatrices. Y muy dignamente oye, que en este caso, cuántas más mejor. Más sufrimiento, más aprendizaje, más golpes, más dolor, más lágrimas, más carcajadas. 


Les debes la vida, la luz y la ilusión. Y pensar que te lo hicieron pasar tan tan mal...La verdad no tenía pinta, no olía muy bien esto y ahora mírate, lleno de cicatrices sí pero presumiendo de ellas. 

Y vas a enseñar a los demás a los que tienen como tú el cuerpo plagado. Bailas cuando no sabes, ríes aunque te dé vergüenza y crees como nunca dejaste de hacerlo. Y eso se contagia, se expande y se queda en la costra de las ya citadas heridas. 
 
Y no hablemos de las de dentro, de las que acribillan el espacio del dueño de todo esto. A ese nunca le han dolido, nunca le han importado y gracias a él ya aprendimos a que tienen que estar. Son como las arrugas, las canas o los dolores de huesos, incómodos, nadie quiere tenerlos pero señal de que has vivido. 

Como diría un viejo amigo, estos dinamarqueños, dieron la vida a muchos con este ritmo de bongos y sintetizadores. Cicatrices son ejemplo de vida, como los bailes y fiestas que está canción provocó.




 



OVILLOS, CARMÍN Y CHAMPIÑONES

 Juntandolo todo da miedo. Impresiona bastante. Pero me encanta que haya pasado. Está cargado de dudas, recuerdos grises y varias inseguridades adquiridas, pero da igual, se desplaza sobre ruedas. Y es para vivirlo, para montarse en él y volar, nadar, correr, respirar o lo que convenga. El momento ha llegado y ha venido para quedarse. Pora tejer historias inolvidables y para perfumar el ambiente. Es grande pero inofensivo y me hace tanto bien...eso es lo que importa. A lo mejor era a esto a lo que se refería Baloo cuando decía lo más vital. Porque me ha traído vida, me ha devuelto la que perdí y un poco más para ser exacto. Aunque también ha dejado algo de lo anterior pero entendiendo que es necesario que también esté. 



Como una bola de demolición o un pincel de tipex que tapa los tachones de la vida, ha sido así. Y ha provocado que hasta me coma los champiñones aunque los odie solo por que me los como contigo. Que el carmín inunde todas mis copas y que descubra que yo también tuve errores en relaciones pasadas. Que vea lo que soy, que no es más de lo que un día olvide que fui y lo que puedes ser tú si sigues a mí lado. 

Que el corazón tenía mucha razón pero la cabeza también y que solo hacía falta paciencia, una fortaleza descomunal y bastantes dosis de aprendizaje vital. Reconozco que estoy temblando pero encantado de la vida porque aunque el futuro no asegure su color, seguro que será mucho menos oscuro, desde que me completaste. 

Lo hace todo ella solita, produce, mezcla y canta, casi como la niña del video que prueba de todo para divertirse. Con esta oda a la alucinación, cierro el post sobre el estado en el que me has metido, entre la fantástica realidad y un bonito sueño. 




PARPADEOS

Ibas de rojo. Me llamaste para que me acercara a tí. La luz de la ventana se había colocado para dar tu mejor versión. Tú que siempre habías sido la oscura del lugar ahora lucias como nunca. Tenía mi cabeza y sobretodo mi corazón en otro lugar, destinado a una lucha imposible, por eso no vi las intenciones que traias. Y fui. Como el que va a descansar a un banco del parque, tranquilo, confiado, sin temor. Eras la Luna, la que nunca había hablado conmigo más de dos frases entre chascarrillos. Que podía pasar...no podrías querer nada importante de mí. Y de repente lo hiciste, rompiste tu máscara y sacaste todo el amor de dentro. Para mí, solo para mí, si yo lo quería. 


No te salió bien. El árbol cayó hacia el otro lado y no reaccioné. Fue cuando lo viste, cuando te salió la risa nerviosa y los morros se apretaron. Te enteraste entonces de donde estaba mi cabeza y sobretodo de donde estaba mi corazón. 

Estaban con ella, eran de ella. De la otra, de la mía, pero según tú, esa no los iba a querer, no los iba a cuidar y sobretodo, no iba a presumir de tenerlos. Asi fue como se descubrió, como salió a la luz mi pequeño secreto. La amaba...y la amo. Aunque no sepa si me corresponde tanto. Y por eso no te podía querer. Y por eso rayaste la mochila que me regaló. Lo único suyo que conservaba. 

Es el dolor, la rabia salida acumulada. Que me vas a contar, tantas veces lo había sentido,  tantas veces me había dejado llevar por él...Caprichos del destino, de la vida o de no se quién, que se empeña en qué en el amor siempre haya alguien que sufra. Tu vestido rojo también se había manchado de lágrimas. Y la luz que te había acompañado empezaba a parpadear...como tú mirada. 

Afecta tanto a ricos como a pobres. Con un clásico de nuestro país hermano al que tanto amamos, será por qué se parecen mucho a nosotros, cierro el post de hoy sobre las cosas raras de estar enamorado?