MI PECHO ES PARA EL CORAZON

Llevas diás ahí metido, dandome a entender que en cualquier momento saldrás y pondrás patas arriba mi vida. Pero en el peor de los sentidos, en el sentido malo. No sé tal vez sea cierto, lo hiciste otras veces y era parecido a lo que prometes ahora. Da igual, sé que pasara, pero estoy preparado. Ya me he  acostumbrado a ese don que tengo. A esa costumbre de cada cierto tiempo ir con un run run interno que me dice cuidado y ponte a salvo. No te tengo miedo. Hagas lo que hagas. Solo me desesperas, lo confieso, me pones muy nervioso, quiero que salgas ya o que te vayas ya, una de dos, pero no te quedes ahí. Rompe lo que tengas que romper y marchate, dejame una temporadita para que coja la escoba y recoza los trozos de lo que vayas a dejar. Este no es tu lugar.


Pero amigo mio solo eres una nube negra que ronda desde hace dias, que amenaza con una gran tempestad que se lo lleve todo. Pues que llueva, pues que caiga lo que dices que vas a caer. Luego siempre siempre siempre, sale el sol. Y es el sol más bonito, el de despues de la tormenta. El que veo despues de tu tormenta. La luz tan clara y azul que veo despues de superar tu ataque hacia mi. Y es bonito porque yo quiero que lo sea, porque viene acompañado de viento fresco, de brisa suave y relajante. Porque yo el experto en vivir a oscuras, escondido, atemorizado, no quiere vivir más así, por muchos peligros que tengas guardados para mí. La última vez me destrozaste, me llevaste otra vez al pozo, pero un pozo aún más profundo, me costó salir, pero lo hice. Esta vez es igual de grande y peligroso lo que me haces sentir, pero creeme, maldita intuicion, no habra pozo. Llamalo bache, golpe, mazazo, o lo que quieras, pero no lo llames pozo, porque no voy a dejar que lo sea. Si me dejas a oscuras como la otra vez, tengo linterna para encontrar la luz artificial necesaria, si me golpeas en la cara, tengo otra mejilla, todas las que quieras y no me tumbaras. Solo te pido que lo hagas ya, o que te aclares y digas que no, pero no estes conmigo así tres semanas ya. Que me matas, que me tienes en ascuas. Dimelo lo que sea ya, o no me digas nada, cualquiera de las dos.

No me estoy perdiendo nada y no me perderé nada despues de tí, de tu azote, de tu justicia implacable. Solo haces que molestarme, cansarme y sobretodo aburrirme. No tengo tiempo para hacerte caso y la verdad, tampoco quiero. Maldito run run, maldita intuicion masculina, maldito presentimiento malo... lo peor es que si te siento es porque eres real, porque vas a pasar, no me cabe duda, y no eres bueno, eres canalla, cabroncete y muy muy hijo de p...No todos te sienten como yo, a muchos los atacas sin darle opcion pero a mi no, a mi me rodeas, consciente de que vienes con algo gordo. Pues adelante, pasa cuando quieras.

Nuestra generación marcada por grupos como ellos que nos acompañaron siempre en lo bueno y en lo malo, ellos saben tambien de intuiciones, presagios o run runes. Con Estopa y Rosario Flores cierro este post sobre ese come come que se te pega como una lapa.






GALLETAS CON MANZANAS

Podria pedirte que me miraras como aquella primera vez... pero no lo haré. Podria pedirte que tus besos fuesen tan dulces como los primeros, pero no lo haré. Podria pedirte que te enfades como nadie lo hace para que pusieras esa cara de consentida... pero no lo haré. Podria pedirte que pronunciaras mi nombre una y otra vez como lo hiciste aquella tarde que estabas tan enamorada, pero no lo haré. No haré y no haré otras muchas cosas más porque no hace falta. Esas cosas no se pidan, se cogen, se tienen, se muerden, se prueban como el que coge una manzana de un bol de fruta o una galleta de un paquete. Sé que lo tengo ahí, todas esas cosas y más. No es perdida de pasión, es convencimiento absoluto de que está, de que es mío, de que puedo usarlo cuando quiera y sin limite.


No te pediré que murmulles en sueños cuanto me amas, ni tampoco que lo digas publicamente, no lo haré. No haré que me escribas poemas, ni canciones de amor, ni que me dediques sonatas o melodias de radio, no haré, insisto no hace falta. Ya lo tengo, no tengo que pedirlo. No me voy a deshacer de este paquete de galletas, ni de ninguna fruta de mi bol, ni de tus sonrisas, ni de tus besos, ni de tus miradas, no lo voy a hacer porque no quiero. No es momento de dejar nada, sinod e todo lo conmtrario, acumular besos, acumular señales de amor, cartas no escritas de amor, de acumular galletas, manzanas... que no se acaben, no me aburren, no me agobian, me encantan.

Soy el monstruo de las galletas del amor, el que quiere devorarte a cada segundo, el que no se cansa de comerte, el que esta pensando esta es la última y nunca lo es. El que se pone triste si no repone las galletas que se ha comido, el que se alegra al ver que todavia hay, el que se convierte en el más feliz cuando encuentra una. Soy el adicto a las manzanas, rojas, verdes, acidas, dulces... que come a diario por lo menos dos. El que con la excusa de que son sanas, abusa de ellas, se hincha. El que las compra a quilos, el que las acomoda y las pone bien bonitas en su bol.

Soy el que entendía de canciones de amor, el que las escribia con la cara llena de granos y el corazon lleno de sueños y esperanzas. Soy el que las guarda, las lee, pero ya no las escribe porque se cayeron sus granos y se cumplieron sus sueños de encontrar el amor. Soy el que sabia de declaraciones, de detalles, de romanticonadas, si es que se dice así. El que era sensible hasta el extremo, empalagoso, detallista recalcitrante, pesado, insistente... hasta que no lo hice más. Porque no hacia falta serlo, ya lo era, lo fui y a veces lo soy contigo.

Soy lo que has hecho de mi, el pastel de galleta y manzana, dulce pero acido. Fresco pero seco. Lo que tu quieras. Tu pastel. Siempre tuyo. El que no está en venta, el que nadie puede cocinar porque solo tú sabes la receta. Ese soy. Y no me canso, ni tu de cocinarme tampoco.

Me he hinchado de manzanas, de galletas y creo que me salen a borbotones o no o tal vez sea que sangro de amor... Con Leonna Lewis y una de sus excelentes baladas, cierro este post de hoy.