EL REY ESCARCHA

Derretido. Machacado y abatido. Muerto de tristeza y aburrimiento. La alegría cambió de bandera y de país y me quedé fuera. Demasiado barato había vendido el alma, la vida y todo lo que tenía. Estaba frío, helado, sin reacción, sin alma. Absolutamente plano. Y renaci. Cómo flor en puro invierno. Un milagroso brote. Con los días contados y con pinta de no hacer nada más allá del milagroso instante de vida. Me llamaron luz, y me pintaron de amarillo. Amarillo chillón para que se me viera entre tanta blancura de nieve. Me costó, pero conseguí cambiar el paisaje. Y lo llené todo de flores, de árboles de corteza dura, de largos e inacabables prados primaverales. Pero seguía haciendo frío, seguía siendo helado por fuera.



Me pisan. Fingen no verme, pero me pisan. No es casualidad. Lo hacen para que no logre brotar más. Es desesperante e increíble que pueda conseguir brotar de la mismísima tristeza y desolación, que esté repoblando de esperanza este páramo yermo. Estas hojas nacen de la alegría de un corazón eternamente triste. Y se van a quedar. Viva la luz que los mantiene, viva la luz que los hace crecer. Nadie se ríe, nadie los quiere vivos. Salvo yo. Porque si. Porque si llenas de alegría un corazón triste, éste es capaz de crear vida en el más absoluto de los infiernos helados. 
Y así voy, manteniendo la luz en la más estricta de las noches. Volviendo cada día a pensar que la felicidad se impone aunque pierde claramente de goleada. No es optimismo, es ilusión a raudales. Es ganas de demostrar que hay luz en el corazón más triste. Y no viene de ahora. Es que volví a encontrar el interruptor y sigo por donde lo dejé, aunque el ánimo sea otro. 
Quizás nací para ser triste, pero daré alegrías muchas, infinitas como antes hice y como puedo repetir desde ya. Aunque a muchos les parezca terriblemente odiosa esa idea. No tengo otra. De momento soy el rey... aunque no viva nadie en este reino. 
 
Con esto ganaron Eurovisión aunque su luz sea rockera y tengan nombre de Huracán cruel. Con Katrina and the waves cierro el post de hoy sobre nacimientos, creaciones luces y frío, mucho frío. 






 


UN RINCÓN DEL EVEREST

 Pues no era para tanto. O eso dicen aún hoy algunos. Al final el tiempo lo ha ido curando. A su manera. Cómo un guiso casero, alternando fases de ebullición con fases de reposo. Sí, lo ha curado. Pero no lo ha hecho desaparecer. Todo eso que no era para tanto, permanece inactivo en ocasiones y otras muy presente. Lo tiene guardadito en un rincón. Solo el tiempo sabe donde. Escogí no saberlo, le supliqué que no me dijera donde lo guarda. De vez en cuando lo va sacando y me llena la vida de sentimientos entremezclados, de confusión y sobretodo de recuerdos. Malos y buenos. Y así, el resto de tu vida. Entendi que esos momentos en que lo saca del rincón secreto, son necesarios. Dolorosos pero necesarios. Que aprendes cada vez que los sufres. 


Se resume todo en sobrevivir. Regenerarse, levantarse, juntar tus piezas cada vez que te rompas. Renunciar a las situaciones que pasan simplemente porque si. Porque alguien que no eres tú así lo ha querido. Asumir que no lo puedes controlar, que es mejor dejarse ir. Fluir. También consiste en llorar. Llorar y sufrir. Hasta que pienses que no puedes más y veas que si podías. Y en hablar y escuchar. A partes iguales. Y ambas hacerlas con el corazón. 

Se resume en valorar las pequeñas alegrías con la misma pasión que si vinieras de lograr conquistar el mismísimo Everest. No es un consejo, ni un truco. Ni siquiera una moraleja. Es mi opinión. La lectura de lo vivido. La conclusión de lo que la vida me ha enseñado sin darme cuenta. Tal vez siga eso ahí guardado. Pero es cierto...ya no es para tanto. Ni el dolor, ni el rencor, ni tampoco la luz que antes me cautivó. Me quedo con lo que cada día me dice la vida. Constantemente. Cómo un alumno malo incapaz de aprender...Sobrevive. Partete pero no te rompas. 

Pocas canciones pero todas exitazos. Y después... desapareció. Con uno de ellos de Cindy Lauper, cierro el post sobre el tiempo y sus rincones mentales...