LO QUE FUIMOS AYER

Que pasaría si decido no callarme, si decido que los borrones que han quedado marcados en la hoja de vida pasada sigan ahí y no quiera enmendarlos. Que pasaría si decidiera abandonarlo todo y correr detrás de mi conejito blanco particular hasta que me lleve al País de las Maravillas. Que pasaría si me paseara por el Salón de los Espejos y viera mi reflejo en diferentes etapas del presente y del pasado. No pasaría nada, porque nada malo puede pasarme. Cuando viajas lleno de manchas pero con las ideas frescas, tu destino es donde te lleve el alma. Puedo contar la historia de cuando y donde me lo encontré. De lo que significo para mí, descubrirle. Puedo hacerlo y lo haré. Estaba perdido, como lo estuve mucho tiempo. Viviendo en un mundo representado y escenificado pero irreal, de mentira.

Un mundo lleno de espejos, de imagenes alteradas a cada paso según tu recorrido. Recuerdo que aquel día caminaba sin rumbo, escapando de temores, miedos y ruidos, buscando encontrar un pedazo de paz para pensar, para recargar fuerzas. Llegué hasta una montaña escarpada, enmedio de una vegetación. La lluvia decidió sumarse a mi camino y obligarme a buscar refugio en aquel paisaje. Siempre hay cuevas y agujeros donde esconderse en épocas de tormenta, en esa ocasión también. Una cueva larga más que profunda, desde donde se veía la luz del exterior pero podías permanecer aislado. Ideal. Para descansar, para seguir pensando y para saber cuando pararía la tormenta. Pensé que estaba sólo pero su mano me tocó el hombro de repente. Era un tipo de piel blanca y ojos claros pero que ahora era negro como el carbón por la suciedad. Hinchado pero no gordo, y de cabellos largos aunque sin llegar a melena. No hablaba, solo me miraba, buscando comprender que hacia yo allí. Enseguida supe que no era peligroso. Era un tipo asustado, que llevaba mucho tiempo allí y que no tenia intención alguna de salir aunque calmase la lluvia y saliera de nuevo el sol. Dentro de su situación se había acomodado, había centenares de trozos de pan duros, y bebía agua que salia de algún lugar de las paredes.

Todo esto lo sé por sus balbuceos y por sus esfuerzos por hacerse entender. Hablaba bien, pero llevaba tanto tiempo sin hacerlo que los nervios le podían. Yo era lo contrario al él. Tenía una vida interesante, tenia mujer, hijos, un trabajo normal, digamos que no pasaba apuros... pero estaba aburrido. No era feliz con lo que tenía. En eso coincidíamos, él tampoco era feliz pero porque hacia tiempo que vivía en una resignación y apatía tan grandes que se habían apoderado de él. La tormenta parecía apretar y yo no quería seguir allí, una cosa es estar un momento de reflexión y otra es compartir vida y minutos eternos en aquel lugar con aquel tipo. Su presencia no era molesta, al revés, era como si estuviera solo. No hablaba, no hacia nada, solo sobrevivia, sin hacer ruido. Pero inspiraba mucha tristeza, mucha confusión sobre como podía querer quedarse allí y no hacer nada por salir de allí. Al final, le conté mi vida, mi situación actual, me ponía delante de él a una distancia prudente y veía como me observaba sin decir nada. Me escuchaba y callaba, era como hablar solo, como desahogarme. Me ofrecía sus escasos y poco recomendables alimentos. su compañía, todo lo que él tenia, pero no conseguía que me dijera porque estaba allí sin la intención de salir.

Salió el sol fuera, tocaba irse pero yo no quería abandonar ese lugar ,me pudo la curiosidad. Habíamos hablado, convivido durante semanas pero aquel tipo siempre mantenía la misma distancia física y de confianza. Le dije que no me iría nunca, en parte era cierto, no se estaba mal allí, pero también quería quedarme para descubrirle a él. Al ver mis intenciones, ese tipo se transformó, se plantó delante de mí y me dijo: NO ME RECONOCES? Soy tú, si tú, aquel que acabó por accidente en esta cueva buscando pensar y después no quiso salir. Aquel que prefirió esconderse de sus problemas y huir que vivir la asquerosa vida que llevaba entonces. Aquel que no entendió que solo era una tormenta intensa y larga el momento por el que pasaba y que algún día saldría el sol.
 Cogió el agua que tenia a su alrededor y se la echó encima. Se me acercó y vi mi cara, mi yo de hacia un par de años. Hinchado por una mala alimentación y un estres que me provocaba ansiedad, descuidado, triste y con un sentimiento de culpa exagerado. Quieres que nos cambiemos de verdad eso quieres? Yo ya no puedo volver, porque no tengo lugar para ir, ni persona con quien estar. Pero tú, si, elegiste salir a tiempo de la cueva y recuperar el tiempo perdido entre lamentos, quejas y excusas de tormentas personales. Sal de aquí ahora y vuelve a tu aburrida pero deseada vida y nunca digas que me conociste, lo negaré. Porque jamás he existido, jamas he estado en esta cueva y jamas he hablado contigo. No existo porque soy tú. Tu me creaste para evadirte, para justificar tu aislamiento durante la tormenta, para que te diera cobijo y la excusa de no querer salir a ver el sol y a pelear por una vida normal. Cuando salgas, no estaré, ni yo, ni la cueva, ni nada de lo que hayas visto aquí en semanas. Tu eliges, quedarte para siempre aquí, hasta convertirte en mi o salir a vivir la vida que yo tuve y perdí.
Elegí salir y hoy estoy aquí pero cada día desde entonces cuando veo mi reflejo en un espejo, recuerdo al tipo de la cueva que algún día fui y quise ser.

Por supuesto que está permitido equivocarse. Que seria del vivir sin equivocarse. Con Pablo Alborán y su mensaje tan acorde a este post, cierro hoy.



ALBERTO ON THE FLOOR

No conozco a nadie que no lo haya hecho nunca. Es la expresión de espontaneidad mas evidente que existe. Bailar es eso y más. Yo quiero bailar y quiero que bailes tú, sin motivo, porque sí. Mas bien y ¿ porque no? Pueden prohibirte muchas cosas pero que yo sepa bailar no está prohibido aún. Agarrado, solo, en grupo... como quieras pero baila. Porque a los que te quieren les contagiaras y querrán bailar contigo y a los que te odian o simplemente no les gustes, se alejaran mientras bailas y eso que sales ganando. Llueva, nieve o haga un sol de justicia, da igual, marcate un SINGING IN THE RAIN en toda regla. Yo era de los que no bailaba cunado salia, me dedicaba a aguntar cubatas apoyado en barras de bar. Apenas lo hacía y si lo hacia no podia considerarse baile, en el sentido convencional de la palabra. Ahora no tengo la edad ya, soy joven, pero esa época pasó la de bailar en discotecas, pubs o afters, pero si tuviera la ocasión lo haría, aún a riesgo de que me miren con estupor por parecer MAURICIO COLMENERO.

 Tribus urbanas rivales unidas por la pasión por el baile, bandas callejeras haciendo quedadas en las que el break dance o el hip hop son protagonistas. Grupos de jubilados desplazándose en buses para bailar en verbenas de pueblo ajenas. Bodas con cuñados pesados, primos lejanos o amigas envidiosas, endulzados y amenizadas por congas, sarandongas y todo tipo de bailes típicos. Que no digan que el baile no une, que el baile no acerca a gente enfrentada, que el baile no es universal. Y tanto que sí, es de las cosas mas universales que existen, mas artísticas y que más adrenalina descarga. Lo agusto que te quedas cuando lo haces.

Soy de los 80, y recuerdo mi infancia con MICHAEL JACKSON y sus excelentes y únicas coreografías, la música discotequera e irrepetible con CINDY LAUPER, AHA y otros tantos. Canciones hechas para bailar, la letra no importaba. Solo bailar y disfrutar. Bailando también se siente.Empezar a descubrir que estas enamorada y soñar con bailar con tu amada, soñar con que llegase la fiesta de fin de curso para desinhibirte y bailar con la guapa. Esas décimas de segundo que lo conseguías eras tremendamente feliz. Por eso insisto en que hay que bailar más, volver a bailar como entonces, como cuando eres un niño, como si te fuera la vida, como si quisieramos ridiculizar de por vida a CARLTON BANKS. Bailar es la mejor respuesta a las calumnias, a los golpes bajos, a las bofetadas de la vida y también a las cosas buenas, a las celebraciones a las expresiones de amor sincero. Todo se responde mejor con un baile. Hasta las lágrimas se secan antes si bailas llorando. Que no te averguenzen si te sacan a bailar o si quieren bailar contigo. Simplemente sonríe, baila y agradecelo. Serás feliz tu y quien baila contigo.  Que me dices bailamos?

Para cerrar utilizo hoy una canción de un tio que bailo a oscuras y se hizo el jefe del cotarro.




VIVIR NUNCA ES SUFICIENTE

A quien corresponda. Dame un poco más de alegría, que tengo miedo que se me acabe. Más paciencia para esperar lo bueno que todavía está por llegar. Más tiempo para disfrutar de los míos como ahora estoy haciendo. Ni es ambición, ni es inconformismo. Pedirle más cosas a la vida nunca es suficiente. Quiero un poco más, si me das lo que te pida yo te prometo que lo convertire todo en ilusión en magia en enseñar lo que la vida puede darte de bueno. Tampoco es egoismo, es merecimiento, que yo te pida algo es justo, por todas las veces que dí sin recibír. Me servirá para acumular sonrisas, buenos sentimientos y energias positivas. Vivir nunca es suficiente si se hace caso a lo que te dicta un buen corazón.

 

Tampoco estaria mal que me dieras un poco más de salud para seguir aguantando el ritmo apasionante de mi vida y que me encanta.  Dame cosas buenas y las transformare en geniales. Dame cosas malas y las convertiré en fabulosas. Dame ruido de risas y juegos, dame calma y silencio que a veces son necesarios tambien. Nunca me cansaré de pedirte si eso hace que la vida se rebose, se derrame y se niegue a acabar.
No importa que este desbordado de vida me bebere el vaso y a seguir viviendo.
No hay que beberse la vida de nadie no es necesario, todos tenemos la nuestra y si la mantenemos llena, no nos quedaran ganas de vidas ajenas. La clave esta en el sabor de esa vida, a veces ácida, a veces dulce, otras muchas salada y la gran mayoria de ocasiones no sabe a nada pero refresca y calma la sed.

A quien corresponda. Tu que te encargas de repartir los momentos y de llenar los vasos, no olvides por favor ningun vaso de mi gente, llenalos. Aunque sea de sabores acidos, salados o de los que quieras... es preferible calmar la sed, que morir de sed por tener la vida vacia. Por no pedir cosas, situaciones, momentos, instantes. Son muchas vidas, muchos vasos lo se, no hay para todos y alguno se quedara sin mas pero mientras tanto tengo el derecho como lo demás de pedirte más, un poco más de ese liquido imaginario que llena mi vaso de vida. Porque aun no he tenido suficiente.

Una de las mejores canciones del mundo cantada por una de las mejores voces del mundo sirve para cerrar el post de hoy. Su vaso de vida se acabó como el de todos pero con su voz y con canciones como ésta, contribuyó y mucho a llenar millones de vasos.



 

COLUMPIOS VACÍOS

Vivir sin importarte nada. Con la única inquietud de que juguete utilizar ahora o como gastar mi tiempo libre. Adorando y respetando a padres, abuelos y a toda tu familia. Arrastrándote y suplicando que no te lleven al cole aunque después acabes disfrutando en el recreo con toda tu pandilla.  Esforzarte por portarte bien aunque solo de manera temporal, para conseguir una chuche o algo más grande como una bici, una videoconsola o un coche teledirigido. En eso se basa el ser un niño. Es una época fabulosa, fascinante e inquietante a la vez. Una parte de la vida única, irrepetible y por supuesto feliz.



Que sea siempre así, un periodo brillante, feliz, esplendido. Por los motivos cualquiera, por la justificación que quieras, pero que lo sea. Toda niñez casi siempre es sinónimo de felicidad. Esas sensaciones y esa forma de vivir deberían durar toda la vida, deberían ser eternas. Vivir la vida como si fueras un niño, siendo inocente, ingenuo, feliz, con una imaginacion sin fin y absolutamente creativa. Que tus únicos objetivos sean pasártelo bien, jugar, reír... olvidarte de todo lo demás. Quiero ser un niño otra vez, sentirme así siempre, creativo, cariñoso, sin maldad y... por supuesto feliz. Las obligaciones de la vida te impiden, nos impiden volver a serlo, pero en cierta manera ya lo soy.

Lo he vuelto a ser , aunque de manera diferente. He recuperado la creatividad e imaginacion y las ganas de pasármelo bien. Tengo la edad de un adulto pero el corazón de un niño. He visto en los ojos de mi hija lo que significaba ser niño. Y lo quiero, lo deseo y me parece un buen plan de vida. Esa será mi nueva realidad, mi nuevo objetivo. Ocupar todos los columpios vacíos que vea, tirarme por todos los toboganes, ver los dibujos animados de ayer y de hoy. Reírme y ser travieso y sobre todo olvidarme de las cosas feas y aburridas de los mayores. Ojalá la vida me lo permitiera, ojalá fuera posible... no se si pedirle a los  Reyes Magos que me lo hagan posible. De momento, desconecto a veces de este alocado y serio mundo para de vez en cuando meterme en la piel de mi yo de niño. He rejuvenecido y me va bien así. Que nadie me castigue, que nadie me encierre en el cuarto, que nadie me diga no te fíes de este o del otro, o me pida la mano para cruzar la calle. Eso ya te lo enseña la edad... ya me quedó claro.

Para cerrar este post una canción de un niño que llegó a estrella mundial y vivió siempre como tal... como un niño.