COMO DIRÍA CENICIENTA.

 Coser y cantar. Convertirte en lo que realmente has sido siempre, y nunca te dejaron. Con la ayuda de una hada madrina, un par de ratones y porque no, algún príncipe que creyó en ti y siguió apostando por pasar la vida contigo. Lo descubrí. Que la vida real es como los cuentos. Siempre envidian algo tuyo, que si la belleza, la bondad, alguna habilidad o lo más básico de todo... quieren lo que tú tienes.

Tal vez, Disney exagero, o quizás lo hicieron los hermanos Grimm, pero es cierto que en la realidad hay villanos. Hay brujas, lobos, poderosos enemigos y traidores. Como en los cuentos... como en la vida que seguro has sufrido.  Que se lo digan a todas y cada una de las princesas, de los superhéroes o de los ciudadanos anónimos que somos. A veces los villanos, son la familia, madrastras, hermanastras incluso parejas y amigos...y otras tantas veces, quien menos te lo esperas. Pero por el camino haces alianzas y siempre acabas aprendiendo algo de la vida...y de ti mismo.



No importa si existen o no, el caso es que éstas princesas, son un ejemplo más...y Claudia las vio, y las abrazó. Y eso me vale. 
Por la ilusión, el cariño, la inocencia y la fuerza de los valores. De creerse que los buenos ganan siempre, que un buen corazón y una buena acción, siempre tienen su premio. 
Que hay brujas malas y lobos devoradores insaciables, que hay poderosos hechiceros y galanes de pacotilla, y por supuesto villanas con cuerpo de pulpo que ansían una bonita voz...

Pero también creen en princesas que congelan, sirenas cantantes, coches que hablan y ganan carreras y conejos que toman el té en jardines imaginarios, mientras celebran falsos cumpleaños. Eso es lo ideal, coser, cantar y vivir con  inocencia. Asumir que eres bonita porque si y no porque lo dice un espejo, que eres rey, reina y princesa y tienes un castillo propio...tu corazón, donde gobiernas con bondad y justicia. Y donde no caben ni la envidia ni la maldad.

Que bonito sería, si no hubiera villanos o si por lo menos tuvieran motivos más puros que la eterna envidia o la inseguridad oculta en arrogancia. Pero no, descubrimos que Disney tenía razón a su manera, igual que los cómics la tienen a la suya...y los centenares de libros de aventuras también.

Vivir la vida como haría Cenicienta, cosiendo y cantando, o mordiendo manzanas sin pensar en venenos, o pensando que nadie puede traicionarte y menos si es alguien cercano...así debería ser. Esa es la parte que hace que la historia no sea creíble...porque el mundo está lleno de villanos que se apoderan de tu ilusión y tú inocencia. Aunque luego, siempre pierdan.
Una canción que se hizo muy popular en los 90, que viene como anillo al dedo, por los príncipes, porque te enseña a elegir bien y a hacer siempre lo que te mande tu buen corazón.



UN MAR DE AMOR ENTRA POR LA VENTANA

 Vuelve a sonar nuestra canción. Pero ahora ya no duele. Y además, la canto. Y sueño con que se convierta en mi nueva canción de amor, está vez contigo. Volveremos a bailar,tu mano en mi mano y la otra en la cadera. Volverán. Los abrazos y las fotos juntos. Volverán, las pelis de medianoche y los domingos de manta juntos. Volverán pero no serán contigo, sino con ella. Volverán las flores, los poemas y las declaraciones de amor. Volverán. Las que tú rechazaste, las que no querías ser la dueña. Volverán y serán para otra. Bueno, perdón, son para otra. Porque ya no duele. Todo lo que antes escocia, lo que antes hacia llorar, lo que se había quedado olvidado y cubierto de polvo, por decisión propia, ya no duele. Y lo que es mejor, todavía funciona, todavía provoca el gusanillo, el aleteo estomacal, todavía pone la piel de gallina.



Vuelven a aflorar los sentimientos. Los bonitos. Vuelven los planes, las llamadas furtivas a todas horas, con el único pretexto de echarnos de menos. Vuelven los superhéroes y las princesas. Vuelven a tener sentido las palabras que un día me dijiste y que tanto soñé.  Volverá Cupido a pedirme de vuelta las flechas que nos lanzó. Volverán las sonrisas tontas y las lágrimas dulces. 

Ya han vuelto todas las fuerzas que perdí y el brillo de los ojos. Y se quedarán, y te quedarás...para siempre. Se irán las pesadillas y volverán los sueños felices a tu lado y los que cumpliremos juntos. De momento, te tengo un día, has vuelto por un día, pero será el día más feliz del mundo y el principio de nuestra nueva vida...esa que siempre merecimos. 

Tuvieron vidas cortas y finales trágicos pero le cantaron al amor con la intensidad merecida. Sin barreras, sin fronteras, sin montañas altas, con este tema de Marvin Gaye y Tami Terrell, cierro el post de hoy.







LLÉVAME POR DONDE LAS FLORES

 Ya estamos otra vez. La ha vuelto a liar. Por lo visto no ha aprendido nada. Dos meses de supuesta estabilidad y de repente...otra vez con lo mismo. Qué le vamos a hacer, como en la fábula del escorpión, no lo puede evitar. Aunque en el fondo sé que no se equivoca. Es un iluso, pero no se equivoca. Tiene toda la razón. El amor existe, el de verdad, el puro. El que hace temblar, reír y llorar, y llorar de risa también. El amor de las flechas, las flores, los poemas y los bombones existe. El de las miradas, los roces, y los escalofríos. No es su culpa, existir existe, pero que andamos mal, muy mal. También acierta cuando aún teme al miedo, y cuando inevitablemente, siente odio y decepción. Entonces, no nos riamos de él, no es un loco, es un iluso.



No podemos hacernos los ciegos. El vivir es un enorme camino de espinas. De las afiladas, de las retorcidas, de las que tienen ganas de clavarse en ti. Pero al que llamáis loco, sabe esquivarlas, y si por lo que sea se pincha, aguanta como nadie el dolor. Ni tú ni yo podríamos, pero estos seres que viven en el pecho y laten, saben hacerlo muy bien.
Ya se ha vuelto a enamorar, se ha salido del bonito y agradable camino recto y se ha metido por el de espinas. El que lleva al éxito, pero el intransitable. Es su especialidad. Ya nadie les hace caso a estos seres. Es normal, a nadie le gusta que nos lleven por las espinas, a nadie le gusta sufrir, a nadie le gusta ver tantos problemas juntos. Pero lo que no saben, es que seguir ese camino, es lo correcto. Es vivir de verdad, es dejarse llevar por los sentimientos y pincharse, sin miedo. 

Es la vida sin trucos ni mentiras, sin espejos puestos estratégicamente para decirte lo bueno que eres. Una vida sin distracciones, sin falsas ilusiones. Detrás de cada espina hay una víctoria, y el pobre maldito e iluso corazón lo sabe. Sabe que de la espina brota una flor, de los fracasos un éxito y del sufrimiento, la mayor de las alegrías. En el otro camino, esas cosas no pasan.

Te lo recrimino pero te lo dejo hacer. Te dejo que lo elijas, que conduzcas evitando las púas. No es la primera vez. Pero ahora tenemos un aliado nuevo. La fuerte e inquebrantable unión con ese hermético cerebro que por fin está de nuestro lado.

Una canción que solo Mecano podría hacer. Con la verdad elemental y la sangre flamenca que emana de esta canción, cierro el post de hoy.




LA VIDA ES DEL COLOR DE TUS OJOS

 Ahora son de colores. Aquellas tardes negras. Ahora se combinan los colores del arcoiris. Ahora ya no duele tanto, lo que hiciste. Escuece, pica un poquito, incluso a veces es solo una leve molestia. Ahora son otras canciones las que forman la playlist de mi corazón. Y los recuerdos ya no invitan a llorar. Ahora se pasa del rosa, al verde... Todos me sirven.  Para tapar, para borrar, para ponerlo en el lado más esquinado de la memoria, para eso sirve el negro. El blanco, es origen, creación, imaginación... principio. Yo soy más de rojos, naranjas y amarillos. Son cálidos, pasionales, iluminados, resplandecientes...Pero como es de importante el azul, el verde y los tonos de marrón. La tristeza, la esperanza, la solución a medias...


La vida es del color de tus ojos. La mía por lo menos si. Es del azul claro cristalino de mi pequeña princesa, el del verde que un día me enamoró y tanto dolor me hizo sentir...y es de color avellana que hoy me llena de ilusión. La vida es ese pestañear, ese instante en que el corazón se pone en marcha, en que la historia cambia. Es esa lágrima que siempre dice más que cualquier palabra. Y es lo que callan, tus ojos, lo que escriben, lo que aman.

Las tardes ya no son negras, las mías no. Son del color de tus ojos. Cuando los miro, cuando los tengo cerca. Eso forma la vida. Los colores que desprende tu mirada. Y quiero que me miren, con orgullo, con sonrisas, con amor. Sueño con ello. Para teñir mis naranjas de rosa chicle.
Y para cerrar mis ojos a tu lado toda la vida. Y darte la seguridad de que puedas cerrarlos mientras te cuido y duermes. Mi vida en tus ojos. Déjame que te siga mirando.

Grupo típicamente asturiano con voz canaria. Con ellos, cierro el post. Sobre los colores de tus ojos y los momentos de la vida. Perdón por las lágrimas....