CON CLAVOS Y TABLONES.

 

Decide tú por mí. Por los dos. Al fin y al cabo, estamos juntos en esto y en todo lo demás. Estoy absolutamente convencido de que elegirás lo mejor. Cierro los ojos, respiro feliz e incluso ni pienso en ello. Confío. En ti y en todo lo que tenga que ver contigo. Es el amor, la fuerza del corazón que derriba muros de recelo y prudencia. Para que dar más vueltas al asunto. Tranquilo y contento, toma dos besitos y dale amor, decide lo que vamos a hacer a partir de hoy, que puerta abrimos y que camino seguiremos juntos. 



La de los puñales eternos por la espalda, la de los besos envenenados, la de las mentiras absurdas y cotidianas. Esa elegiste. Esa puerta. Me hiciste pasar por ella, porque aunque la cruzamos los dos, solo yo la sufrí, solo yo la lloré y solo yo busqué la salida. 

La puerta de la traición, de la desconfianza y la de destrozar corazón en miles de pedazos. Le cogiste el gusto y la elegías siempre. Ese camino y esa puerta. Esa opción de vida. Daba igual si producía dolor, si era la moda o si era algo divertido y poco importante. No dudaste. Y alguno más te siguió, hasta convertirse en la opción más popular, en la puerta más usada, en la marcada como la número 1. 
Dentro se quedaban algunos como yo, flipando, alucinando y sin entender en qué momento traicionar voluntariamente era una opción. Y encima nos pedían que lo aceptáramos, que no era para tanto. Los que salíamos, la marcamos con clavos y tablones. 

Hoy seguís metiendo gente en esa puerta, seguís haciendo que muchos como yo la crucen y pasen por caminos empinados, durísimos o tormentas demasiado eternas. Y lo peor es que parece que os gusta porque a vosotros no os pasa. Yo fui un ingenuo como otros tantos pero puedo estar orgulloso que conseguí salir de ese camino y que a lo mejor el maldito amor, pese a mis precauciones, me vuelva a hacer atravesarla.

Tampoco respeta las fronteras y hasta México, de donde son éstos, llega la infidelidad y la traición. Enhorabuena infieles, por llenar de espinas y cortes , todo corazón que pillais. Con esta canción, cierro el post sobre esta tribu social cada vez más mayoritaria, por desgracia. 



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