LLOVIERON PELUCHES

 

Primero fue el empeño de separarse de quién siempre tendrias a tu lado. Luego el problema fue preferir entender a simplemente sentir. Vinieron las primeras lluvias y estuvimos cerca, pero tampoco. La cabeza tambien lo intentó y falló cuando le dimos el control. Siempre ha pasado algo, siempre ha sido el mismo final aunque la historia fuera diferente, incluso cambiando los actores. Pero lo peor, es que no dejamos de creer, no hacemos caso a los fracasos y volvemos a pensar que si. No aprendemos, ni nos hacemos mejores. O tal vez sea que el juego es así y es para todos igual. Y que precisamente se trata de eso. De creer que es bonito, de creer que está bajo tu control y de creer que solo trae risas...


Mejor asumir que no hay que entenderlo, que no hay que dominarlo. Que es una fase más de la vida. Otro instante. Que es otro elemento más del barro que termina por moldearnos. Una pieza del puzzle que nunca acabaremos y un ladrillo de la muralla que nos protege. Cuantos más mejor.  

También hubo quien nos quiso y no lo vimos. Y quien nos pudo ayudar y no quisimos. También estan los errores no forzados y las tremendas cagadas irreparables. Pero da igual, todo es lo mismo, ladrillos, arcilla y piezas, que nos definen. No lo pudimos cambiar ni con rosas, ni con desplantes ni siguiendo consejos ajenos. Porque tenían que estar , tenían que pasar y tenían que convertirse en eso, bonitos sueños e ilusiones imposibles de ayer y hormigón del duro hoy. Aún así quiero... queremos, intentarlo de nuevo para fallar otra vez o para fallar mejor. 

No perder ni las ganas, ni las maneras, y seguir...hasta que dejen de llover peluches. Con estos británicos que aprovecharon la mecha del brit pop en los noventa cierro el post de hoy.





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